En los momentos difíciles, sosténlos, consuela sus corazones, y corona su trabajo de frutos espirituales.

viernes, 15 de abril de 2011

El grupo: Las características de un grupo

Esta semana fue algo extraña. Estuve muy cansado todos lo días, a tal punto que el Miércoles ya pedía el cambio. Lo peor llegaba por las noches, porque lejos de caer fulminado en la cama, el insomnio me ganaba y debía afrontar largas jornadas nocturnas frente a la pc o la televisión. Lo cual, obvio, pagaba caro al día siguiente. Por el sueño y porque en estas noches suelo tener grandes ideas (Las mejores diría), que muchas veces no se me ocurren durante el día. Evidentemente necesito descanso, por eso espero el fin de semana largo. Evidentemente necesito reflexión, necesito arrancar de nuevo, por eso necesito Semana Santa.
En esta etapa final de la cuaresma, me he puesto a pensar nuevamente en el tema de los grupos de personas y, por consecuencia, en los grupos misioneros jóvenes de las parroquias. Estando en dos (además de dar Confirmación) y en uno hace ya bastante tiempo, sigo explotando un poco mi experiencia. Así puse mi cabeza en funcionamiento, y noté algunas coincidencias entre todos los grupos que he conocido en mi vida. Así comencé a ver las características que acompañan a todos lo grupos.
Los grupos, que en oraciones secas se definen como un conjunto determinado de personas que hacen algo específico en un lugar específico, etc, tienden a buscar algunas cosas entre sus integrantes. Es decir, cada persona buscará ver ciertas cosas para asegurarse que todo marche bien, independientemente de las necesidades básicas del hombre (Comprensión, Productividad, Autenticidad y Fraternidad). Éstas son las características que todo grupo de personas (En este caso un grupo de jóvenes de una parroquia) tiene que tener porque todos sus integrantes buscarán:

Periodicidad: Es la primera de las características. El grupo debe saber cada cuanto se junta y donde se junta. Esas dos cosas deben agrupar a todos. Juntarse muy seguido habla del momento importante que el grupo está pasando (Sea bueno o malo). Juntarse cada tanto habla de un momento no del todo afortunado del grupo. Evidentemente, o no hay nada para hacer, o se ha perdido interés.
Es de lo más importante que todas las personas entiendan lo fundamental que es saber cuando se juntan sin importar de otro factor. O sea, no es lo mismo saber que el grupo se junta todos los Viernes a la misma hora, a que nunca se sepa, porque un día es a la mañana, al otro a la tarde, etc. Ser periódicos implica conocerse entre ellos, pero también más seriedad al trabajo realizado; significa que lo se está haciendo es importante y por eso necesita más tiempo.
Ser periódicos es hacer entrar al grupo, y sus actividades, a la vida de cada uno. Por ejemplo, en mi caso, el grupo de jóvenes de Aranzazu se junta todos los Domingos después de misa. Yo se que todos los Domingos del año tengo jóvenes, ha pasado a formar parte de mi vida.

Objetivo común: El objetivo común pasa a ser la siguiente característica de todos los grupos. Saber hacia donde se quiere ir, que es lo que se quiere hacer, bajo que valores, de que manera, etc. No significa necesariamente, por ahora, organizarse, sino establecer cual es la meta del grupo. Es una cosa que parece fácil, sencilla, pero en realidad, para que esto se realice, se necesita poder escuchar a todos sus miembros, que todas las voces se expresen. Puede ser largo, tedioso y complicado de lograr, pero muy necesario. Cuando se saben los objetivos comunes de cada uno, se puede consensuar y optar por un objetivo en común.
En los grupos de jóvenes de una parroquia, ese objetivo es Dios, y el camino es Jesús. Todos estarán de acuerdo en eso, el tema es que cada uno tiene un imagen propia de Dios. Por eso es necesario despertar la confianza de todos para que puedan expresarse. Así, luego, el grupo se expresará finalmente con un objetivo en común, acordado entre todos.

Organización: Una puesto el objetivo en común, decidido entre todos, llega el momento de la organización. El grupo tiene que aprender a organizarse, y eso es algo que se tiene que aprender al mismo tiempo. No puede uno solo llevar consigo el peso de mantener organizado al grupo. Las personas tienen que tener, una vez más, voz propia para poder expresar lo que opinan y sienten sobre el tema, como creen que debe organizarse el grupo, de qué manera, bajo que códigos y valores.
También debe organizar de qué manera realizará sus actividades, sus encuentros, sus propuestas. Si quiere elegir un coordinador, un líder, un representante, un presidente, lo que sea, tiene que decidir como elegirlo. Y esa persona, como sea que se llame el cargo, tiene que tener la representatividad de todos, no por una cuestión política, sino de una cuestión de apoyo.
Puede parecer algo no importante, algo que no vale la pena discutir, pero es en estos momentos cuando el grupo elije ser una jerarquía o estar todos en el mismo nivel.

Interacción: Las relaciones entre las personas que forman parte del grupo es algo que viene de las necesidades espirituales de cada uno. En todos los grupos se dará esto, es lo que hace que uno quiera trabajar en comunidad, compartir experiencias. Es lo que hace que uno no elija simplemente quedarse en su casa y obrar solo. Lo que el grupo tiene que fortalecer y promover, son los vínculos, las relaciones, el trabajo en comunitario. Nadie debe realizar algo solo, porque de esa manera no puede conocer a los demás, no puede compartir con los demás.
Es una característica de los grupos que se da cuando el grupo comienza a buscar la autenticidad de manera individual. Cuando todos logran ser auténticos, empiezan a mezclarse, a conocerse, a querer saber más del otro.
La interacción fortalece el vínculo, fortalece las ganas de compartir. Es necesario para cualquier grupo que busca trabajar unido: Conocer al que tiene al lado. Sino hay interacción, no hay grupo, porque entonces no se justifica trabajar en comunidad.

Motivación: Si nadie está motivado, el grupo comienza a caer. Porque entonces nadie quiere ir al grupo, nadie quiere juntarse con los demás. No hay un motivo, no hay una razón. Por eso el grupo tiene que estar motivado, incentivado a hacer algo. Viene de la mano con el objetivo común, cuando un grupo obtiene un objetivo final, allí nacerá la motivación.
La desmotivación en los grupos juveniles misioneros, suele ocurrir cuando se comienza a pensar que es inútil hacer algo, que no se puede transformar nada, que siempre que se hace una actividad pareciese que se comenzara de vuelta siempre. Por eso es fundamental tener proyectos, y tener referentes. Es fundamental el diálogo, que nadie calle a nadie, que no haya autoridad de nadie, que no haya cosas sin hablar, porque así se comienza con el desgano, con la desmotivación. Dios obra en todos, pero muchas veces ocurren cosas que hacen dejar de ver eso.
Por eso, es clave que un grupo nunca pare, que siempre esté juntándose, que siempre haya proyectos, actividades que avancen y se concreten, que todos puedan (Nuevamente) tener voz para expresarse.
La motivación es de las cosas más difíciles de lograr, de concretar en los corazones de las personas.

Finalmente, una vez concretadas estas cinco características que todos los grupos tienen que tener, y una vez que cada uno de sus integrantes cumple sus necesidades básicas, se dará la sexta característica de un grupo. En este caso, característica de que un grupo ha hecho un camino fuerte, unido y que no siempre se logra:

Pertenencia: Después de un tiempo, cuando las cosas marchen bien y el grupo haya recorrido un camino basado en lo anterior, sus integrantes sentirán pertenencia. Ser parte de algo, no solo valora ese algo, sino que también valora a uno mismo. Formar parte que uno considera importante, interesante, significa también que uno puede considerarse importante.
El formar parte, el sentirse parte de algo, puede ocurrir por apenas un tiempo, y luego volver a retroceder en el camino del grupo. Es algo que muchas veces ocurre, pero es el desafío que le toca afrontar a esas personas.
En un grupo misionero juvenil de una parroquia, la pertenencia o no pertenencia de un grupo muchas veces será un desafío de Dios. Será poner en juego todas las características anteriores, todas las necesidades expresadas al mismo tiempo. Sólo en ese momento el grupo alcanzará su cima. Podrá caer luego, es verdad, pero solo con pertenencia de todos sus integrantes el grupo llegará a su punto más alto. El desafío allí será mantenerlo, pero se puede lograr. Ser parte de algo que está tratando de cambiar alguna cosa, es también sentirse parte de Dios, sentir que entramos a Dios en comunidad.
Más de uno se sentirá desganada, sin motivación, más de uno no se sentirá parte, pero allí tendrá que aparecer el grupo, aquellos que sí se sienten parte, para integrarlo, para levantarlo, para hacerle sentir que sin él, el grupo no tiene sentido. La misión no es solo vivir en Dios, sino hacerlo hermanados, en comunidad.
Ser parte de un grupo es sentirse cómodo, ser uno mismo, sentir que su opinión vale, que su historia será escuchada, que sus lágrimas serán contenidas, que no habrá vergüenza; que sí habrá perdón, compañerismo, que se obrará por la convicción de cambiar el mundo, pero también de poder hacerlo todos juntos.
Es aquí cuando el grupo deja su marca, esa que nunca se borrará.

Éstas características me ha tocado vivirlas, y muchas otras no. Es la lucha de todos los días de un misionero, poder lograr esto. Poder entrar a Dios en comunidad. Hablo, siempre en estos casos, de los grupos de jóvenes misioneros de las parroquias, más allá de ser estas características (Dejando de lado algunas comparaciones hechas) necesidades para todo grupo.

domingo, 10 de abril de 2011

El Hombre en comunidad

Ya llegado el Domingo, después de una semana movidita, tanto en las actividades que realizo durante la semana, como en lo espiritual. El Viernes, el punto más importante de estos días, comencé nuevamente (Quinta temporada ya) Confirmación.
Dar confirmación es una de las cosas que más me llena, sobre todo el hecho de conocer gente nueva, nuevas vidas, experiencias, testimonios, etc. Pero una de las cosas que más me gusta de Confirmación, es nuevamente estar ante el desafío de formar una comunidad, un grupo, una pequeña sociedad que, de alguna forma u otra, tendrá que funcionar de acá a fin de año.
Siempre me pregunté por qué las personas tendían a unirse en grupos, a trabajar en conjunto, a compartir testimonios, etc. Algo clave, en mi entender, para el funcionamiento de los grupos de jóvenes. Clave, pero ¿Por qué es clave?
Entonces decidí irme a la Biblia, al antiguo testamento. A ver si encontraba algo, y así fue. Ya en el Génesis (2:18) Dios dice: "No es bueno que el hombre esté solo". O sea, de entrada, Dios afirma que el hombre no tiene que estar solo. De ahí parto para ver esta teoría.
El hombre no se realiza solo, lo tiene que hacer en comunidad. Acompañado de personas, ya sea por compañerismo o solidaridad, como por competencia y ambición. En cualquiera de los dos casos, el hombre necesita a alguien al lado, aunque sea para poder ganarle. De esta manera las personas tienden a unirse a grupos, a tener la necesidad de estar en un grupo.
Ya desde principio, Dios aclara que el hombre debe estar acompañado, es así como el hombre logra trabajar mejor, y es así como se logran las comunidades. Las comunidades podrán hacer lo que quieran, pero en algún momento (Y más si hablamos de grupos de jóvenes) van a querer cambiar algo de la realidad, del mundo que los rodea, y eso no podrán cambiarlo individuos aislados y alejados entre sí.
Es por eso que, creo, hoy por hoy el mundo necesita de grupos de jóvenes, de grupos misioneros, de grupos de personas que quieran cambiar la realidad. Porque el mundo es individualista, hemos caído en la publicidad y compramos que con estar solos estamos mejor. Que un televisor es la mejor compañía del mundo, que podemos vivir 24 horas en internet...Individuos aislados los unos de los otros, más fáciles de dominar, de vencer.
El mundo se ha convertido, a esta altura, en conjunto de seres aislados que intentan sobrevivir día a día sin necesidad de interrelacionarse. Incluso, polémico seré, cuando alguna tragedia ocurre, las personas se agrupan para ser solidarios. Pero antes de eso, y después también, no aparecen (Pero de eso hablaré después), entonces la miseria, el hambre, la pobreza, son constantes que siempre ocurren. Porque salvo que aparezcan en la tele, y nos conmovamos, no salimos a ayudarlos. Sí, la solidaridad también la compramos de los medios.
Por eso Dios, ni bien creó (O supo que iba a crear) al hombre, dijo, advirtió: "No es bueno que el hombre esté solo"