En los momentos difíciles, sosténlos, consuela sus corazones, y corona su trabajo de frutos espirituales.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Muchas veces

Muchas veces me he preguntado, cuánto tuviste que bancarte mientras llevabas esa cruz. ¿Entra en la imaginación y en la cabeza de alguien? ¿Qué sentiste? Cuando expresamos, en oraciones, misas y canciones, todo tu dolor, ¿Nos quedamos cortos?
Alguno pensará que hablo de dolores físicos, pero me refiero a otra cosa. El abandono, la traición, engaño, la mentira, el remar contra la corriente, tantas cosas que son imposibles de nombrar que día a día nombramos, vivimos, experimentamos, sentimos...
¿Cómo se puede? ¿Cómo se sale? ¿De qué manera? ¿Es fácil? Claro que no, es imposible pensaran otros.
Aún dentro del ambiente que tú nos mandaste a construir, ¡qué difícil se hace todo! ¡qué penoso muchas veces!
¿Dónde se vende la perseverancia, el compromiso, las ganas, la actitud y la caridad?
¿Cuándo se van a poner de moda estas cosas?
¿Seguimos en la cultura de hacernos los pelotudos?

¡Qué difícil remar contra la corriente! Una corriente dura, durísima, infernal, llena de indiferencia y miedo.
Fáciles las palabras y difíciles los hechos...No puedo repetir tantas veces "difícil". ¿Será la costumbre? ¿La vivencia? ¿La experiencia? ¿Me atajo por las dudas? Siempre buscando la justificación de los demás...¿De los demás? ¿No es una mentira que me quiero autoimponer?

Cargar la cruz, tomarla, llevarla, sufrirla, amarla...Vivirla

"Nada te turbe, nada te espante"